Self-care en invierno
Los días se acortan, el sol aparece cada vez más esporádicamente, la temperatura desciende, la tierra se cubre con las primeras nieves. Para muchos, los meses de invierno representan una prueba difícil sobre cómo mantener el bienestar mental. Durante los días fríos, cuando salimos de casa en la oscuridad y regresamos igualmente, nuestro estado de ánimo tiende a fluctuar más de lo habitual. No es raro que en invierno sintamos menos necesidad de socializar, pasamos más tiempo en el interior sin hacer nada más que hibernar. La melancolía estacional hace acto de presencia. Cada uno tiene su forma de lidiar con la llegada del invierno y su impacto en el bienestar mental y físico. Una de las formas es el autocuidado.
Contenido del artículo
El significado del autocuidado
Encontrar espacio y tiempo para el autocuidado, tiempo dedicado exclusivamente a uno mismo y a sus necesidades, es importante durante todo el año, pero en los meses de invierno es más que necesario. Con el cambio de clima llega un período desafiante para nuestro cuerpo y bienestar mental. Con la llegada del invierno, debemos lidiar con días más cortos, falta de luz natural, déficit de vitamina D (que afecta el buen estado de ánimo) y bajas temperaturas.
La falta de luz solar puede desregular nuestro ritmo circadiano natural y afectar la producción de melatonina (la hormona del sueño), la cual depende precisamente de la luz diurna. Esto puede impactar negativamente en nuestro patrón de sueño. Podemos sentir la necesidad de irnos a dormir más temprano y levantarnos por la mañana puede ser más problemático de lo que era anteriormente. No se trata de ser perezosos de repente, no es nuestra culpa. Así es como el invierno afecta a nuestro organismo.
¿Ha oído hablar del SAD? El SAD (Seasonal affected disorder) es un trastorno que, por sus síntomas, se asemeja a la depresión y surge precisamente debido a cambios estacionales, específicamente la falta de luz solar. El autocuidado regular puede ayudarnos a alcanzar el bienestar mental y afrontar la difícil estación, que el invierno es claramente.
Sin importar si amamos o detestamos el invierno, afecta a nuestro organismo de igual manera. Por ello, es importante prestar una mayor atención y cuidado no solo al cuerpo, sino también a la mente. Tan solo 10 minutos al día dedicados a uno mismo pueden obrar maravillas. Si está interesado, siga leyendo, las siguientes líneas le proporcionarán inspiración para el autocuidado especialmente adecuado para la temporada más fría del año.
Pase tiempo afuera
Aunque las temperaturas bajas y el clima no siempre agradable no inviten del todo a pasar tiempo al aire libre, intente superarlo, abríguese adecuadamente y salga afuera. El tiempo dedicado al aire fresco no solo beneficia la inmunidad, sino que también tiene un impacto positivo en el sueño al promover la producción aumentada de melatonina, lo cual es muy importante en momentos en los que su producción puede estar alterada. Si se siente cansado o le falta motivación, unos minutos al aire libre pueden ayudarle.
Si desea aprovechar al máximo su tiempo al aire libre, póngase zapatos barefoot en sus pies. Gracias a ellos, experimentará la libertad de caminar descalzo incluso en invierno, manteniendo sus pies protegidos, cálidos y secos. El aire fresco, la naturaleza y el calzado barefoot pueden mejorar su estado de ánimo y recargar sus energías. Sus pies disfrutarán de un masaje microscópico lujoso y una buena dosis de estimulación. No tiene por qué temer al invierno, los zapatos barefoot de calidad garantizan comodidad térmica incluso en temperaturas bajo cero. Gracias a la suela ultra flexible, el pie se mueve más, generando calor por sí mismo. Be Lenka Winter 3.0 es nuestro modelo de invierno más vendido, con forro de lana Merino, ideal incluso para los más sensibles al frío.
Aunque no se sienta muy inclinado a salir en invierno, intente salir de su zona de confort e incluir al menos un paseo de 10 minutos al día en su rutina de autocuidado. ¡No se arrepentirá! ☺
Dale un capricho con algo extra
Durante los meses cálidos, somos naturalmente más activos. En invierno, instintivamente necesitamos reducir el ritmo un poco. No es que seamos más perezosos de repente, sino que la naturaleza simplemente lo arregló a través de la evolución para que la gente ahorre más energía durante los meses fríos. Después de todo, incluso los osos hibernan, así que ¿por qué no podemos frenar un poco?
No hay nada malo en tomarse un momento para desacelerar, detenerse y disfrutar más del poder del momento presente. Dale un capricho con algo extra. Abríguese con una manta, tome su libro favorito, encienda una vela. Prepárese un chocolate caliente y disfrútelo en paz, con su playlist favorito o en completo silencio. Llene la bañera y disfrute de las burbujas. Simplemente relájese y mímese, al menos por un rato. Usted se lo merece.
Muévase
El movimiento regular es necesario durante todo el año, pero en invierno su necesidad adquiere cierta urgencia. Esto se debe a que naturalmente nos movemos menos en invierno, somos menos activos. Esto, por supuesto, resulta en general en menos energía, somos más propensos a la fatiga y a los cambios de humor. Por lo tanto, es muy importante no olvidar el movimiento regular en invierno y superarse, incluso cuando no nos apetece mucho.
Si le encantan los deportes de invierno y no puede esperar al nieve durante todo el año, esto es fantástico. Pero si los deportes al aire libre no son lo suyo, dirija su atención a las opciones en interiores. La oferta es realmente variada, desde una visita a un gimnasio, pasando por entrenamientos en circuito o ejercicio en grupo con un instructor, hasta aplicaciones y programas en los que no tendrá que abandonar la comodidad de su sala cálida. La elección es suya, según su estado de ánimo y preferencias.
No es importante cómo se mueva, sino que se mueva. Ya sea que enfoque el autocuidado de manera positiva o con escepticismo, el movimiento regular debería ser parte integral del cuidado tanto del cuerpo como de la mente.
No se olvide de la hidratación
El aire frío y la calefacción son una combinación desafiante para la salud de la piel. Definitivamente puede sentir que necesite mucha más hidratación que en verano. En invierno, es necesario sustituir los cosméticos por los más densos y nutritivos. Si en verano nos basta con un gel ligero, en invierno nuestra piel tendrá sed y estará infeliz. El invierno exige una dosis adecuada de nutrición e hidratación.
A medida que el clima se vuelve más frío, automáticamente cambiamos nuestro guardarropa por uno más cálido. Debemos prestar la misma atención a la cosmética. La rutina de cuidado de la piel del verano ya no es suficiente, por lo que es importante cambiar los productos que usamos y convertir el cuidado del cuerpo en un agradable ritual de autocuidado. Dedíquese diariamente 10 minutos exclusivamente a su piel. Mímela con sueros nutritivos, aceites aromáticos y cremas hidratantes. No olvide que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Por eso, es importante cuidarla y darle un buen tratamiento completo.
No olvide, por supuesto, la importancia de la hidratación. En invierno, son imprescindibles las bebidas calientes especiales que reconfortan el cuerpo y alegran el espíritu. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo de bebidas como chocolate caliente, vino caliente o ponche no cuenta para su ingesta diaria de líquidos. Por lo tanto, no olvide beber mucha agua y té para mantenerse hidratado, no solo por fuera, sino también por dentro.
Añada vitaminas
Durante el invierno, solemos consumir significativamente menos frutas y verduras frescas en comparación con el verano. Aunque en los supermercados haya disponible una gran variedad de frutas y verduras importadas durante todo el año, su consumo en invierno disminuye. Esto se debe a que en climas más cálidos, tendemos a preferir alimentos frescos sin cocinar y ensaladas ligeras. En invierno, nuestro cuerpo tiende más hacia comidas más nutritivas y sustanciosas, como sopas o salsas sabrosas. Es algo natural, en que la evolución tiene su parte de influencia. El cuerpo necesita almacenar más energía, por lo que tenemos una mayor inclinación hacia alimentos más sustanciosos y reconfortantes. Cuando la temperatura cae por debajo de cero, es más probable que elija un dhal de lentejas caliente y condimentado que una ensalada ligera de verduras.
Sin embargo, con la disminución del consumo de alimentos frescos, también disminuye la ingesta de vitaminas. Por ello, es necesario complementarlos en forma de suplementos vitamínicos durante el invierno. La vitamina C, la vitamina D (que la obtenemos del sol, que es menor en invierno) y las vitaminas del grupo B deberían ser algo obvio.
En la dieta no deben faltar las legumbres, las carnes rojas de alta calidad y las verduras de hojas verdes. Se debe incluir la mayor cantidad posible de fruta fresca y no debemos olvidarnos de la regla del “5 al día” y comer al menos 5 tipos diferentes de verduras y frutas. Las nueces son una buena fuente de grasas saludables. Sin embargo, no es necesario exagerar con su consumo, un puñado al día es suficiente. Disfrute de aceites prensados en frío de alta calidad, como el de calabaza, lino, sésamo o cáñamo.
El poder de la gratitud
En invierno, cuando el sol sale tarde y se pone temprano, muchas veces podemos caer en la melancolía y el estado de ánimo triste. Con los próximos días festivos nos centramos más en lo que no tenemos y queremos, que en lo que tenemos y por lo que podemos estar agradecidos. Por eso es bueno recordarlo.
Una actividad de autocuidado muy bonita es practicar la gratitud. Simplemente, cada día, idealmente por la mañana para estar de buen humor durante el día, intente darse cuenta de lo que tiene en su vida y puede estar agradecido por ello.
Si quiere llevar este ritual al siguiente nivel, puede empezar un diario de gratitud en el que anote sus pensamientos, emociones y gratitud. Llevar un diario es una técnica terapéutica muy popular, ya que muchas veces podemos tener problemas para expresar nuestros pensamientos y emociones en voz alta. De alguna manera es más fácil al escribir. Las páginas de papel se convierten en su confidente sin prejuicios.
Entonces, si usted elige la forma escrita o simplemente la forma de pensamiento, agradezca cada mañana por la abundancia que tenemos en la vida y ni siquiera nos damos cuenta. El ritual de expresar gratitud tiene un poder enorme y puede reprogramar por completo nuestro pensamiento. Apreciemos y sintamos gratitud por lo que tenemos, en lugar de preocuparnos y anhelar algo que no tenemos.
Pase tiempo con familiares y amigos
En invierno, sentimos menos necesidad de socializar. La mayoría de las veces, esperamos entrar en la calidez del hogar y dejar atrás el frío y sombrío invierno, junto con toneladas de ropa. Tal vez lo sintamos así, y es nuestra elección socializar menos, pero esta necesidad tiene su lado oscuro. Cuando cruzamos esa línea delgada entre no necesitar socializar y la soledad, podemos empezar a sentir el peso del aislamiento y la soledad. En combinación con la falta de luz diurna y el frío, esto no augura nada bueno. Aunque tal vez no lo desee, no dé la espalda a los demás.
Llame a sus amigos. Planifican actividades juntos, como visitar los mercados navideños y tomar ponche, o pasar una noche con juegos de mesa. Visite a su familia. Deje sus teléfonos en casa y esté presente en el momento. Dedique la noche a conversar con su pareja. Aproveche este tiempo valioso para fortalecer relaciones y profundizar amistades. Pase tiempo con la familia, invente actividades con los niños, reúnase con amigos. Rodéese de gente buena y despídase de la melancolía invernal.
Aprenda algo nuevo
Durante el invierno pasamos menos tiempo al aire libre, ya sea por el frío o por la oscuridad temprana, por lo que este período ofrece una oportunidad única para aprender algo nuevo. De repente, de alguna manera tenemos más tiempo, así que ¿por qué no utilizarlo de forma productiva?
¿Quiere aprender a tocar un instrumento musical? ¿Quiere mejorar sus habilidades de repostería o le atraen las manualidades? Aproveche el tiempo libre y el ritmo pausado que le ha brindado el invierno y aprenda algo nuevo.
Desarrollo personal, nuevo pasatiempo, perfeccionamiento de habilidades. Esta es también una forma de autocuidado. En lugar de desplazarse sin pensar en su teléfono, pruebe cosas nuevas, tal vez encienda la pasión y el entusiasmo por un nuevo pasatiempo que hará que las largas noches de invierno sean más placenteras.
Hay innumerables formas de aprovechar de forma útil el tiempo reservado para uno mismo. Ya sea que su idea de cuidado personal sea una rutina de belleza sofisticada, leer un libro o dar un paseo por la naturaleza, es su elección la que refleja sus necesidades internas. Cada uno de nosotros es diferente y necesita algo diferente. Por eso, su autocuidado es único, al igual que usted mismo.
Dedicarse tiempo a uno mismo no es egoísta, es una necesidad. No podemos simplemente dar y cuidar a los demás, también tenemos que llenar nuestra propia copa para que haya algo que regalar.
Así que hágase el compromiso de reservar al menos 10 minutos al día para atender exclusivamente sus propias necesidades. Es especialmente importante permitirse tiempo y consentirse un poco, sobre todo ahora en invierno. El invierno es un período estresante no solo para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente. Y precisamente gracias a los rituales de autocuidado, podemos ayudarnos y lidiar mejor con los desafíos que esta hermosa pero exigente temporada trae consigo. Solo se necesitan 10 minutos al día y los milagros vendrán enseguida. Ámese, consiéntase, rodearse de aquellos a quienes ama y no olvide agradecer por lo que tiene en la vida. La vida será mucho más bella, y ¡el invierno no será tan frío! ☺